La política conservadora y los medios de comunicación han estado frenéticos al ver a una mujer que puede liderar un país y divertirse. Sanna Marin, primera ministra de Finlandia, de 36 años, causó polémica en su país al ser filtrado un video de ella bailando en una fiesta con algunos amigos, por lo que la líder de la oposición le exigió que se sometiera a una prueba de drogas.
Tras la divulgación de un video donde se le ve celebrando su cumpleaños en compañía de amigos, en una fiesta privada, los comentarios contra ella se han vuelto insultantes e injustificables. La desacreditación por ser mujer, joven y celebrar la vida continúan, a tal grado que la Primera Ministra se realizó una prueba antidoping para demostrar que no consume drogas, tal como lo aseguraban sus adversarios.
Los comentarios negativos provienen en su mayoría de hombres quejándose de que una persona joven y mujer esté en ese cargo, dejando de lado sus capacidades, destrezas y eficiencia, olvidándose del excelente desempeño que realizó durante la pandemia por COVID-19 para que su país tuviera de las tasas más bajas en contagios del mundo.
Si bien los políticos son fuertemente criticados, cuando eres mujer los descalificativos son peores, ¿por qué?, por el simple hecho de ser mujer.
Este “escándalo” se presenta como parte de la doble moral política sexista que existe en todo el mundo. ¿Boris Johnson tiene un número desconocido de hijos con varias mujeres? Bueno, eso es el viejo Boris siendo Boris. ¿Donald Trump pagando grandes sumas de dinero a una estrella pornografíca? Chicos siendo chicos. Pero ¿una mujer bailando con sus amigos en una sala de estar? Seguramente es drogadicta.
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Ministra Sanna Marin
Sanna Marin, de 36 años, en 2019 se convirtió en la Primera Ministra más joven de la historia de Finlandia, y ha dicho que pasa su tiempo libre con amigos al igual que otras personas de su edad, y que pretende seguir siendo la misma persona que antes.
“Quiero mostrar que estos cargos también los ocupa gente normal, con una vida corriente. Tengo una vida familiar, una vida laboral y tiempo libre para pasar con mis amigos, exactamente como mucha gente de mi edad”.
La violencia política de género no es exclusiva en América Latina, se practica en todo el mundo, basta con que una mujer que esté en la mira pública haga un movimiento para señalar, descalificar y desprestigiar, al grado de poner en duda su reputación y sus capacidades.
La violencia política contra las mujeres es un tema constante, sobre todo en tiempos en que las mujeres cada día se abren más espacios en un mundo donde la discriminación es comunmente aceptada.
Ser mujer y ser joven no debería estar peleado con la capacidad de ocupar cargos de toma de decisiones y, mucho menos, ser juzgada por tener una vida personal.
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