Gustavo Petro declara el “estado de conmoción” en el Catatumbo ante la violencia. La medida busca frenar enfrentamientos armados y proteger a comunidades desplazadas.
El presidente de Colombia, Gustavo Petro, declaró el “estado de conmoción” en el Catatumbo, región fronteriza con Venezuela, para enfrentar una reciente ola de violencia que ha dejado al menos 80 muertos y 36,000 desplazados. La medida, que otorga poderes legislativos extraordinarios al Ejecutivo durante 90 días, busca restablecer el orden público en la zona.
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La violencia en el Catatumbo se desató por enfrentamientos entre el ELN y una disidencia de las FARC
Son los que compiten por el control de territorios estratégicos y economías ilícitas, como el narcotráfico. Organizaciones sociales han calificado el desplazamiento masivo como el más grande registrado en un solo evento desde 1997.
Desde Tibú, uno de los municipios más afectados, líderes locales respaldaron la medida. Jaime Botero, presidente de Asojuntas de Tibú, afirmó: “La declaratoria era necesaria. El Estado debe recuperar el control del Catatumbo y garantizar infraestructura, salud y educación”.
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La decisión también ha generado críticas.
Opositores argumentan que Petro podría usar el estado de conmoción para aprobar leyes sin el Congreso, algo que el mandatario negó categóricamente. “Con esta medida financiaremos mejoras en el Catatumbo y protegeremos la soberanía nacional”, escribió en X.
Mientras tanto, los diálogos de paz con el ELN fueron suspendidos, y la fiscalía ha reactivado las órdenes de captura contra líderes guerrilleros. Además, Petro anunció un plan conjunto con Venezuela para erradicar bandas armadas y bloquear pasos ilegales en la frontera.
El estado de conmoción ha abierto un debate sobre su efectividad. Expertos insisten en la necesidad de mayor inversión estatal en la región para abordar las causas estructurales de la violencia.
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