@Justino José Rodríguez Tavera
Con las últimas declaraciones de los presidentes del Congreso dominicano se abren muchas dudas y algunas aparentes certezas pero, al mismo tiempo, los rumores no se hacen esperar.
Primero
Todos los senadores aseguran que es un proceso que no se va a demorar, pero en realidad lo que están desempolvando es el mismo código que la sociedad ya rechazó. Se habla de revisión, pero lo que se revisa es un documento antiguo, incompleto y sin respuestas para los problemas reales del país. Sorprende que estén tratando de venderlo como nuevo, cuando hasta el propio presidente Luis Abinader lo desestimó hace un año por su debilidad frente al crimen y la inseguridad.
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Segundo
Van a dilatar la conversación sobre las las tres causales y los crímenes contra la discriminación, para decir que son unas minorías las que quieren impedir el avance de la justicia. No habrá castigo si eres corrupto, si robas o si violas. Sin embargo, sí contemplan penas severas para quienes interrumpan un embarazo, incluso en situaciones extremas como violación, incesto o riesgo de vida para la madre. Este desequilibrio refleja una visión distorsionada de justicia, en la que se protege más una idea religiosa que los derechos de las mujeres y víctimas.
Tercero
Un senador, junto a un grupo de juristas, presentó otra propuesta, mucho más moderna, con un enfoque claro en la lucha contra la corrupción, el crimen organizado y la protección de los derechos humanos. Esta versión fue construida por expertos, con argumentos técnicos y visión de futuro. Pero el Congreso la ignoró. En lugar de estudiarla, prefirieron revivir una versión desactualizada, como si el tiempo no hubiera pasado y el país no exigiera otra cosa.
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Y una ñapa…
También se rumora que hay una gran confusión dentro de la comisión que analiza el proyecto. Se han sumado a muchos legisladores cuya función no es técnica, sino religiosa. No conocen el derecho penal, pero defienden posturas morales como si fueran leyes.
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