En Vall d’Hebron, perros entrenados ayudan a menores con autolesiones o conductas suicidas a regular emociones y romper barreras en su tratamiento.
El Hospital Vall d’Hebron de Barcelona ha incorporado terapia asistida con perros para tratar a niños y adolescentes ingresados por trastornos mentales graves. El 70 % de los 40 pacientes atendidos desde su inicio presentaba conductas autolesivas o suicidas. El resto padecía trastornos del espectro autista o alimentarios.
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Durante estas sesiones, cinco perros entrenados, dos golden retriever y tres jack russell, interactúan con los menores bajo la supervisión de profesionales de salud mental. Según el psiquiatra Marc Ferrer, esta iniciativa busca abordar la desregulación emocional que suele estar presente en estos trastornos.
Un puente emocional en un entorno hostil
La psicóloga Bárbara Citoler explicó que los adolescentes ingresados suelen percibir el hospital como un ambiente hostil. La presencia de los perros permite romper esa barrera inicial de miedo o rechazo, facilitando la comunicación y la apertura emocional.
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Ilusión en medio de la adversidad
Nuria Máximo, académica del proyecto, destacó que los pacientes esperan con ilusión el día de la terapia: “Es tener ganas de algo cuando llegaron sin esperanza”.
El proyecto cuenta con el apoyo de la fundación Dingo Natura y la organización Perruneando. Los perros, cuidadosamente entrenados, generan un espacio seguro, afectivo y no invasivo.
La experiencia demuestra que innovar en salud mental es urgente, y que un gesto tan sencillo como la presencia de un perro puede ser decisivo para salvar vidas.
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