Aproximadamente 8.400 mujeres mueren cada año en Latinoamérica y el Caribe debido a complicaciones en el embarazo.
A pesar de que las cifras de mortalidad materna habían disminuido continuamente en un 16,4% desde el 1990 hasta el 2015, el porcentaje volvió a aumentar un 15% entre el 2016 y el 2020. Además, la pandemia por Covid 19 habría ocasionado una regresión de 20 años en la región.
“El retroceso en el ritmo de reducción de la mortalidad materna es una dura y lamentable realidad en América Latina y el Caribe”, recalcó la Directora del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) para América Latina y el Caribe, Susana Sottoli.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) reveló datos relevantes sobre los países de la región.
- 13 países latinoamericanos tuvieron una tasa de mortalidad materna muy baja (20 o menos muertes por cada 100.000 nacidos vivos);
- Otros 26 países, reportaron una tasa baja (menos de 100), y
- 6 tenían una tasa alta o moderada (entre 100 y 499).
La Institución se ha movido activamente durante los últimos meses para reducir la mortalidad materna a menos de 30 por cada 100.000 nacidos vivos en toda la zona.
Razones de muerte y mujeres vulnerables
Dentro de la Organización Panamericana de la Salud recalcan que 9 de cada 10 muertes durante o después del embarazo, podrían evitarse con cuidados de calidad, acceso a anticoncepción o disminución de inequidades.
Suzanne Serruya, la Directora del Centro Latinoamericano de Perinatología, Salud de la mujer y Reproductiva (CLAP) declara que “si queremos retomar el camino del descenso de la mortalidad materna debemos abordar las inequidades socioeconómicas, de género, etnia, educación y lugar de residencia que determinan la muerte de muchas de nuestras mujeres”.
También mencionan que las causas principales son:
- Hipertensión en el embarazo,
- Hemorragias graves,
- Complicaciones en abortos inseguros,
- Infecciones sin atender,
- Preeclampsia,
- Embarazos no deseados o a edades tempranas.
Anualmente, 7.3 millones de menores de 18 años dan a luz en países en desarrollo. 2 millones de esas niñas y jóvenes, son menores de 15 años, y por lo menos, 200 de ellas mueren cada día.
La Asociación asegura que aquellas mujeres que tienen más dificultades para acceder a servicios médicos de calidad, son quienes sufren las consecuencias de malos procedimientos y quienes corren mayor riesgo de sufrir los peores resultados.
“Todavía demasiadas mujeres, sobre todo indígenas, afrodescendientes, migrantes, con bajos ingresos y menor escolaridad, mueren durante el embarazo y el parto”, afirmó el doctor Jarbas Barbosa, Director de la OPS.
Los esfuerzos sociales
La OPS junto a entidades como la UNFPA y otras organizaciones lanzan la campaña “Cero muertes maternas. Evitar lo evitable”, que intenta tomar la iniciativa para lograr disminuir las cifras con acciones tangibles.
El Fondo de Población de las Naciones Unidas recuerda que “la vida de toda madre puede ser salvada a través de la partería, el acceso a una planificación familiar adecuada, a cuidados obstétricos oportunos frente a cualquier complicación durante el embarazo y la garantía de que toda mujer especialmente aquella que se encuentre en un área rural, marginada o remota pueda ejercer su derecho a servicios de salud sexual y reproductiva de calidad”.
Por lo tanto, las mismas instituciones siguen pidiendo ayuda estatal para lograr cambios significativos.
¿Es la salud de las mujeres y niñas embarazadas en América Latina y el Caribe, responsabilidad de unas cuantas organizaciones? ¿O es el Estado de cada país el responsable de esta problemática?
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