El fenómeno de paternidad ausente en América Latina, se ve permeado por los estereotipos de género tan marcados que tiene la sociedad latinoamericana.
A pesar de que cada día crece más la cantidad de hombres que desean asumir una paternidad activa, siguen siendo 3 veces más las mujeres que ocupan el rol de cuidadoras, e igualmente, son siquiera un 32,3%, las madres que asumen toda la responsabilidad.
En esta dinámica, se hace evidente que una de las razones por la que los hombres continúan sin participar en la paternidad, es la brecha tan amplia que todavía existe entre las mujeres cuidadoras y los hombres proveedores.
Pero entonces, ¿por qué algunos hombres no cumplen siquiera con su parte del trabajo? (H3)
Una problemática de forma y de fondo
Figueroa y Salguero afirman que la ausencia paterna es socialmente permitida debido a que los hombres han tenido, históricamente, el derecho y la facultad de decidir y no existen regulaciones suficientemente eficientes para que los padres que simplemente no están en las vidas de sus hijos, cumplan con sus responsabilidades.
La ONU reveló que “el porcentaje de niñas y niños menores de 14 años que viven con una jefa de hogar en áreas urbanas creció entre 1994 y 2005”. Además, se encontró que durante la última década, las cosas no han cambiado mucho.
- En México, se registró un crecimiento del 10%,
- En Argentina la cifra pasó del 18,2% al 26,3%,
- En El Salvador el número creció del 26,4 al 33,6%.
Los gobiernos de las naciones latinoamericanas, además deberían asegurar una educación que permita el cambio social, pues aproximadamente el 18% de nacimientos en la región corresponden a madres menores de 20 años que se convierten, en su gran mayoría, en madres solteras.
Todo lo anterior, sin contar que el 74% de los embarazos adolescentes fueron no planificados, lo que muestra un gran vacío en cuanto a la educación sexual.
Las grandes consecuencias
El estudio realizado por la Revista Latinoamericana de Ciencias Sociales, Niñez y Juventud, encontraron que la ausencia paterna podría implicar un factor de riesgo para los trastornos mentales, mientras que se calculó que en España, siquiera el 15% de los niños que crecieron en familias con ausencias parentales, sufren algún tipo de trastorno emocional.
Si la figura del padre es ausente y dependiendo de cómo sea su relación con él, se configura la realidad de esa persona de acuerdo a sus creencias, comportamientos y entendimientos.
La problemática ha afectado a gran parte de la sociedad latinoamericana, desde madres solteras en situación de vulnerabilidad, hasta niños con daños psicológicos y emocionales. Lo seguirá haciendo si no se toman medidas contundentes al respecto.
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