Juez chileno acredita abuso sexual de Felipe Berríos a una menor, pero cierra el caso por prescripción. Su defensa apelará la polémica decisión judicial.
El 34° Juzgado del Crimen de Santiago cerró el caso penal contra el exjesuita Felipe Berríos, acusado de abuso sexual a una menor en 2000. El magistrado Edgardo Gutiérrez acreditó el hecho, pero lo consideró prescrito y decidió no avanzar en el proceso.
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La decisión, aunque evita una sanción penal, valida la denuncia por un acto ocurrido hace 25 años, cuando la víctima tenía solo 15 años. El fallo ha provocado un intenso debate en la opinión pública y en el mundo judicial chileno.
El relato que el juez dio por probado
Según el fallo, el hecho ocurrió en agosto de 2000, en la Casa de Retiros P. José Kentenich, en el municipio de La Florida, Santiago. El juez detalló que Berríos tocó y presionó el cuerpo de la menor, haciendo comentarios inapropiados y generando un contacto sexual no consentido.
Gutiérrez valoró la persistencia del testimonio de la víctima, el contexto de poder del sacerdote y la coherencia de los hechos descritos. Aunque el delito se considera acreditado, el tiempo transcurrido impidió continuar con el proceso penal.
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La defensa de Berríos reacciona y apelará
El abogado Julián López anunció que apelará la resolución, calificándola de “grosera afectación al debido proceso”. Reprochó que el fallo diera por establecido un delito sin cargos ni juicio formal.
Asegura que el relato de la víctima no fue confrontado en juicio y que se trata de una acusación sin pruebas físicas, basada solo en el testimonio. Además, criticó que se presuma culpabilidad en un proceso que terminó sin condena.
Berríos fue expulsado de la Compañía de Jesús en 2023
Felipe Berríos, de 68 años, fue una figura progresista influyente en la Iglesia chilena. En 2023, fue expulsado tras un proceso canónico por delitos sexuales cometidos con menores, según el Dicasterio para la Doctrina de la Fe.
Desde 2010 vive en La Chimba, Antofagasta, una de las zonas más pobres del país. A pesar de negar las acusaciones, Berríos enfrenta el repudio social y eclesiástico, además de restricciones para ejercer como sacerdote hasta 2033.
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