El ELN acusa al gobierno de incumplir acuerdos de paz. Petro suspendió diálogos tras la violencia en Catatumbo. La crisis humanitaria deja miles de desplazados.
El gobierno colombiano y el Ejército de Liberación Nacional atraviesan una de sus peores crisis. Antonio García, líder del grupo guerrillero, acusó al gobierno de Gustavo Petro de incumplir los acuerdos pactados en la mesa de negociación.
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El 17 de enero, Petro suspendió el diálogo y declaró estado de conmoción interior en el Catatumbo, tras responsabilizar al ELN de la creciente violencia. La Fiscalía reactivó órdenes de captura contra 31 comandantes guerrilleros, mientras el gobierno invitó al grupo a cesar ataques contra la población civil.
Desde entonces, el conflicto ha escalado.
Enfrentamientos entre el ELN y las disidencias de las FARC han causado la muerte de al menos 52 personas, incluidos excombatientes firmantes del acuerdo de paz de 2016. Además, más de 53.000 personas han sido desplazadas y 31.000 permanecen confinadas.
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El gobierno envió tropas para recuperar el control en la región.
Petro justificó la suspensión de los diálogos señalando al ELN de cometer “crímenes de guerra” y operar como una organización narcoarmada. García rechazó las acusaciones y aseguró que el ELN no trasladó combatientes a la zona.
Las diferencias parecen irreconciliables. Mientras el gobierno exige pruebas de voluntad de paz, el ELN insiste en que Petro incumple los acuerdos. La crisis pone en jaque la política de “paz total”, dejando en incertidumbre el futuro de las negociaciones con otros grupos armados.
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