El aborto influye en la elección para la Corte Suprema de Wisconsin, con candidatos en posturas opuestas y votantes divididos sobre su impacto en la legislación estatal.
El aborto ha emergido como un tema central en la contienda por un puesto en la Corte Suprema de Wisconsin, donde el resultado de las elecciones del 1 de abril podría definir el destino de las restricciones al procedimiento en el estado.
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Susan Crawford, candidata progresista y jueza del condado de Dane, ha basado su campaña en la defensa del derecho al aborto, citando su experiencia representando a Planned Parenthood. Su rival, el republicano Brad Schimel, exfiscal general, ha evitado abordar el tema directamente, pero ha apoyado la prohibición estatal de 1849.
La corte de Wisconsin evalúa la validez de esta ley, que penaliza el aborto sin excepciones por violación o incesto. Planned Parenthood ha demandado para que se reconozca un derecho constitucional al aborto en el estado.
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El debate entre los candidatos reflejó la polarización del electorado.
Mientras votantes progresistas señalaron el derecho a decidir como su principal motivación, los conservadores priorizaron temas como la economía y la inmigración, aunque algunos destacaron su respaldo a Schimel por su postura antiabortista.
La elección ocurre en un contexto de cambios legales sobre el aborto en EE. UU.
Tras la anulación de Roe vs. Wade en 2022, este tema impulsó la participación en elecciones pasadas, expertos advierten que su impacto en los votantes independientes podría ser menor este año.
La decisión final de la corte de Wisconsin tendrá implicaciones clave para la legislación estatal y podría influir en futuros litigios sobre derechos reproductivos en el país.
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