Un nuevo proyecto minero en Cotuí reaviva el conflicto entre Barrick Gold y las comunidades locales, que denuncian despojo, compensaciones bajas y daño ambiental.
El conflicto entre Barrick Gold y las comunidades de Cotuí, en República Dominicana, ha resurgido tras el anuncio de un nuevo depósito de relaves en la mina de Pueblo Viejo. Más de 650 familias enfrentan reubicación, pero denuncian compensaciones insuficientes y daños ambientales.
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El 8 de enero, campesinos de El Naranjo bloquearon el paso de camiones mineros, exigiendo pagos justos por sus tierras.
“Nosotros no nos oponemos a la mina, pero queremos precios justos”, afirmó Isidro Coronado, herido durante una protesta. Según los afectados, la minera ofrece hasta 600 dólares por hectárea, mientras que algunos terrenos fueron adquiridos por más del triple.
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Juana Barceló, presidenta de Barrick Gold en el país, explicó que la empresa redujo de 850 a 653 el número de familias a reubicar tras revisar imágenes satelitales. Sin embargo, líderes comunitarios cuestionan los criterios de selección y los precios de cultivos como el cacao, el principal producto agrícola de la zona.
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Este transfiere al Estado dominicano la responsabilidad por daños ambientales. Además, expertos advierten que la nueva presa de colas generará millones de kilos de residuos tóxicos.
Las protestas continúan y la comunidad exige soluciones que garanticen sus derechos. Mientras tanto, la expansión minera avanza, avivando el debate sobre el verdadero costo del oro en República Dominicana.
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