ONU y activistas denuncian la deportación de embarazadas y bebés haitianos desde República Dominicana, pese a la crisis sanitaria y humanitaria en Haití.
La ONU y organizaciones defensoras de derechos humanos han lanzado una alerta por el aumento de deportaciones de mujeres embarazadas y recién nacidos desde República Dominicana hacia Haití. Estas expulsiones ocurren pese a la grave crisis humanitaria que atraviesa el país vecino.
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Según datos de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), en las últimas semanas han detectado un incremento de mujeres embarazadas, madres recientes y menores deportados hacia un país donde el sistema sanitario prácticamente ha colapsado. En Puerto Príncipe, menos del 40 % de los centros de salud sigue operativo, mientras la violencia de pandillas impide el funcionamiento regular de los hospitales.
El Hospital Universitario de Mirebalais, con 300 camas, cerró recientemente por falta de insumos. Otros dos hospitales en la región enfrentan una escasez crítica de oxígeno y kits médicos. Han atendido a más de 200 personas por heridas de bala, desnutrición y cólera desde el cierre del principal centro médico.
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El presidente dominicano, Luis Abinader, ha endurecido las medidas migratorias.
Esta semana, los hospitales deben exigir documentos de identidad y prueba de residencia a los pacientes. La Dirección General de Migración detuvo a decenas de mujeres embarazadas y recién paridas, así como a menores de edad en centros médicos.
Amnistía Internacional exigió la derogación inmediata de esta medida, al considerarla discriminatoria y peligrosa. Por su parte, el presidente Abinader defendió la política y pidió a Amnistía trabajar en Haití en lugar de criticar a su gobierno. “Mi deber es proteger a República Dominicana”, afirmó.
Desde octubre, más de 180.000 personas han sido deportadas.
El consejo presidencial de Haití calificó la situación como una violación a los derechos humanos y pidió diálogo entre ambos países.
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