Rusia prohíbe la “propaganda sin hijos”, penalizando la promoción de no tener hijos con multas y deportaciones. Alegan proteger valores familiares y demografía.
El Parlamento ruso aprobó un proyecto de ley que prohíbe la promoción de ideas que desincentiven tener hijos. La normativa, que aún requiere la aprobación del Consejo de la Federación y la firma del presidente Vladimir Putin, establece multas de hasta 5 millones de rublos (unos 51,000 dólares) y permite la deportación de extranjeros que difundan estos mensajes.
La ley apunta a materiales en medios, internet, publicidad y cine que fomenten el rechazo consciente a la procreación.
“Es un paso crucial para proteger a las nuevas generaciones y los valores familiares tradicionales”, declaró Vyacheslav Volodin, presidente de la Duma Estatal. Aunque los autores del proyecto aseguran que no penalizará elecciones personales, sino la promoción de estas ideas, activistas y observadores critican la ambigüedad en la implementación. Nina Ostanina, jefa del Comité de Política Familiar de la Duma, afirmó que la medida busca “proteger a los jóvenes de ideologías perjudiciales”.
El gobierno ruso ha intensificado su control sobre la sociedad bajo la premisa de combatir valores liberales “occidentales”.
Este proyecto se suma a las restricciones contra la propaganda LGBTQ y la reasignación de género. La legislación se desarrolla en un contexto de declive demográfico acelerado por la guerra en Ucrania. Moscú busca revertir esta tendencia, considerada una amenaza económica y social para el futuro del país.
Los críticos argumentan que la baja natalidad responde a problemas económicos y sociales, más que a influencias ideológicas. Sin embargo, las autoridades sostienen que estas restricciones son necesarias para proteger la identidad y el futuro de Rusia.
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