Trump busca eliminar el TPS, dejando a miles de migrantes de Haití, Venezuela y más en peligro. El programa ha sido clave para proteger vidas y empleos.
Donald Trump, presidente electo de Estados Unidos, prometió fuertes leyes contra los migrantes y busca desmantelar el Estatus de Protección Temporal (TPS), un programa que beneficia a miles de migrantes de países en crisis. El TPS, creado en 1990 por George Bush, protege a inmigrantes de zonas afectadas por conflictos o desastres naturales, como Haití y Venezuela, permitiéndoles trabajar legalmente.
Joseph afirma que regresar a su país sería una “sentencia de muerte”. Asi como lo hacen millones de migrantes en USA
Trump calificó el programa como una “amnistía disfrazada” y prometió quitarlo, esto afectará a unas 400,000 personas. El fin del TPS obligaría a miles a regresar a naciones con problemas graves. Haití, por ejemplo, enfrenta un colapso político y violencia extrema. Migrantes haitianos como Lesly Joseph, quien se refugió en Boston tras amenazas de pandillas en su país, temen por su seguridad.
J.D. Vance, futuro Vicepresidente, respalda la medida, argumentando que el TPS fomenta una inmigración “indefinida”.
La administración de Biden había expandido el TPS, incluyéndose como solución temporal para mitigar crisis migratorias y aliviar la presión sobre ciudades estadounidenses saturadas de migrantes. Ahora, el futuro del programa dependerá de la implementación de políticas más restrictivas por parte del nuevo gobierno.
Defensores del TPS, como Ahilan Arulanantham, están preparados para enfrentarse nuevamente a Trump en los tribunales.
Mientras tanto, comunidades afectadas temen por su estabilidad y seguridad ya que la eliminación del programa despojaría a miles de migrantes de sus derechos laborales y pondría en riesgo sus vidas y la de sus familias.
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