Salma Hayek defiende a los migrantes latinos en EE.UU. con cifras contundentes sobre impuestos, emprendimiento y su impacto en la economía nacional.
La actriz mexicana Salma Hayek alzó la voz en defensa de los migrantes latinos en Estados Unidos, a través de un video publicado en su cuenta de Instagram.
Otras noticias: Honduras encabeza la tasa de feminicidios en Latinoamérica con 59 asesinadas
En tiempos de discursos polarizados, Hayek decidió hablar con datos en mano.
“El ruido desinforma. Los números no”, dice al inicio del video, que combina entrevistas callejeras con información de estudios recientes. Una joven pregunta a los transeúntes si creen que los inmigrantes “roban empleos”. Las respuestas son diversas. Algunos los culpan, otros reconocen su rol esencial.
Hayek desmiente mitos comunes: “Los inmigrantes indocumentados pagan impuestos”, afirma con base en datos del Institute on Taxation and Economic Policy. Solo en 2024, contribuyeron con 96 mil millones de dólares al sistema de Seguridad Social y Medicare.
Léase también: Los mercados europeos viven su peor crisis desde 2020
Además, resalta el uso del ITIN, un número creado por el IRS para que personas sin Seguro Social mayoritariamente indocumentadas, puedan declarar impuestos legalmente.
La actriz también se apoya en el informe de McKinsey sobre el estado económico de los latinos.
Según el estudio, este grupo impulsa el emprendimiento en EE.UU., con un crecimiento mayor que el de cualquier otro segmento demográfico. En 2023, el 36% de los nuevos negocios fueron creados por latinos.
Y hay más: el 48% de la fuerza laboral agrícola está compuesta por inmigrantes. “Sin ellos, no hay cosechas”, dice un trabajador rural.
Hayek cierra citando el LDC US Latino GDP Report, que posiciona a los latinos como la quinta economía más grande del mundo, superando a países como Reino Unido e India.
“No se trata de ideología”, concluye Hayek, “sino de reconocer la verdad”. Una verdad que muchos, aún hoy, siguen ignorando.
Te puede interesar: El gobierno Milei: una bocanada de aire para el Opus Dei