Un hombre apuntó un arma de fuego a centímetros del rostro de la vicepresidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, e intentó disparar mientras la funcionaria saludaba a simpatizantes en los alrededores de su domicilio en Buenos Aires.
Kirchner no resultó herida, pues el arma, que estaba cargada, no funcionó, informaron las autoridades. Fernando Sabag Montiel, un ciudadano brasileño de 35 años, fue detenido y será indagado por la Justicia.
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¿Quién es Cristina Fernández de Kirchner?
Fernández de Kirchner es abogada de 69 años que ejerce sin duda el liderazgo más relevante en la política argentina de los últimos tiempos tras un periodo de entre seis y ocho años de los 12 que gobernaron ella y su marido, Néstor Kirchner, entre 2003 y 2015.
El ataque a Kirchner ocurrió después de que un fiscal argentino pidió 12 años de cárcel para la mandataria, por su presunta implicación en la adjudicación de contratos públicos a un amigo con un coste de 1.000 millones de dólares para el contribuyente.
Fernández, al negar las acusaciones como persecución política, convocó a sus partidarios a reunirse frente a su apartamento en Recoleta, un barrio elegante de Buenos Aires.
Mientras saludaba a algunos de ellos, un hombre le apuntó con una pistola cerca de la cabeza y apretó el gatillo. No se produjo ningún disparo, al parecer porque el arma funcionó mal.
El intento de asesinato contra la figura más importante de la política argentina del siglo XXI, es un golpe de realidad para una sociedad y una dirigencia que, en los últimos años, aceptaron y permitieron el crecimiento de los discursos de odio como herramienta de la discusión pública.
Muchas personas reaccionaron sorprendidas y señalaron que el hecho marcó un límite, sin darse cuenta de que, para el momento en que le gatillaron dos veces en la cara a la vicepresidenta, el límite había quedado atrás hace mucho tiempo.
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Discurso de odio y amenazas de muerte
El escenario que hizo posible que Fernando Sabag Montiel intentara asesinar a la vicepresidenta se fue configurando progresivamente. Tras la acusación por corrupción por parte de la fiscalía, los diputados que representan en el Congreso de la Nación a la principal fuerza opositora declararon:
- Francisco Sánchez propuso “pena de muerte” para Fernández de Kirchner
- Ricardo López Murphy advirtió: “Son ellos o nosotros”.
En los últimos años, las manifestaciones en contra del gobierno incluyeron amenazas de muerte para sus dirigentes y reclamos específicos de ahorcamiento para la vicepresidenta, sin que ninguna autoridad o figura opositora expresara un repudio o siquiera una amonestación para ese tipo de expresiones.
El componente de género está implícito
La propia vicepresidenta lo advirtió desde 2019 en su libro Sinceramente,:“La condición de mujer siempre fue un agravante en un proceso nacional, popular y democrático(…) Una mujer puede ser una estrella de cine, eso está permitido(…) El problema es cuando querés ser Prima Donna en el mundo de los hombres, en el mundo del poder, y además, para cambiar las cosas. Ahí te disparan a matar”, escribió Fernandez.
Los discursos de odio contra las mujeres y las disidencias sexuales fueron ganando masividad en la Argentina desde 2018, cuando el Congreso por primera vez debatió la legalización del aborto. Se popularizó entonces el término “feminazis” para estigmatizar y denigrar a las activistas feministas.
La periodista Ingrid Beck, nos recuerda el sentido de estas palabras que habilitan la violencia contra las mujeres que reclaman equidad e igualdad. Porque, ¿qué se hace con una nazi sino “matarla”? “Feminazis” que, para sumar capas de simbolismo, siguen a Fernández de Kirchner.
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