Alejandro Toledo, custodiado por la policía en Perú

Alejandro Toledo y el valor de la lucha contra la corrupción

@Arturo Vargas

Alejandro Toledo, expresidente de Perú, fue condenado a más de 20 años de prisión por vínculos de corrupción con Odebrecht. 

Primer expresidente peruano condenado

La reciente condena a Alejandro Toledo, quien fuera presidente de Perú entre 2001 y 2006, es la primera condena que se impone a un expresidente, de cuatro sindicados, que estarían relacionados con episodios de corrupción que involucran a Odebrecht. A Toledo se le condenó a 20 años y seis meses de prisión por delitos como 

  • Colusión 
  • Y lavado de activos 

La sentencia se dictó desde el Segundo Juzgado Colegiado de la Corte Superior Nacional y desde ya, marca un antes y un después en la lucha contra la corrupción en el país inca. 

La culpa de Alejandro Toledo

El exmandatario de 78 años fue enviado a prisión luego de una investigación en la que se le encontró culpable, entre otros, de haber sido parte de un entramado de corrupción con Odebrecht. Según se ha informado, Toledo habría recibido 35 mil dólares por incidir en unas licitaciones mientras ejercía como presidente. Lo sucedido con Toledo, recuerda de alguna manera lo que pasó con el recientemente fallecido Alberto Fujimori, quien en su momento también fue condenado por corrupción. De cara al futuro se espera que avancen las investigaciones sobre otros dos expresidentes peruanos, Ollanta Humala y Pedro Pablo Kuczynski, quienes también enfrentan a la justicia por vínculos con Odebrecht. 

¿Una condena que abre la puerta de la justicia?

Es evidente que lo sucedido con Alejandro Toledo en Perú se convertirá, de ahora en más, en un punto de partida de cara a lo que seguirá pasando con las investigaciones que involucren a Odebrecht. Lo anterior, claro, aplicando no solo para el país inca, en el que como ya se señaló hay un par de expresidentes en capilla, sino también para el resto de la región. Con este precedente, de enorme importancia en Perú, de alguna forma se allana el camino para que, en países como Argentina, Colombia, Panamá e incluso Brasil, adelanten las actuaciones correspondientes y castiguen a quienes están implicados en uno de los más importantes escándalos de corrupción de la historia reciente en Suramérica. 

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