@Justino José Rodríguez Tavera
El incesto y el abuso infantil en República Dominicana son problemas que exigen respuestas inmediatas. Las autoridades deben actuar con mayor urgencia para proteger a los más vulnerables.
Una situación que alarma en República Dominicana
El aumento de casos de incesto en la República Dominicana es alarmante y no solo refleja una crisis social y moral, sino también la falta de educación, apoyo institucional y conciencia colectiva que perpetúan el ciclo de violencia y abuso infantil. Es esencial abordar esta problemática desde una perspectiva integral, que incluya la educación, la justicia y el apoyo psicológico a las víctimas, así como la implementación de políticas públicas eficaces.
El incesto, una forma de abuso sexual cometida por familiares cercanos, uno de los crímenes más atroces y silenciosos ha alcanzado cifras preocupantes en la República Dominicana. Según los datos presentados por el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) y la Procuraduría General de la República, se han registrado 379 casos de incesto en lo que va del año 2024. Además, se han denunciado 1,485 casos de seducción de menores, lo que indica que esta problemática es más amplia de lo que podría percibirse.
No obstante, como señala Laura Suazo, Oficial Nacional de Programas de Población y Desarrollo del UNFPA, “Es probable que estos números sólo representen una fracción de la realidad”. Muchas víctimas no denuncian los abusos debido al miedo, la vergüenza o la dependencia emocional y económica de sus abusadores. Este subregistro de casos hace aún más difícil evaluar la verdadera magnitud del problema y encontrar soluciones efectivas para erradicarlo.
La pobreza y la exclusión como factores de riesgo
Uno de los factores clave que prolongan el incesto y el abuso sexual en la República Dominicana es la pobreza. Alanna Armitage, directora de UNFPA para República Dominicana y Cuba, ha señalado que la pobreza y la falta de acceso a la educación están estrechamente vinculadas a los altos índices de embarazos en adolescentes, una situación que muchas veces tiene su origen en el abuso intrafamiliar. La falta de recursos económicos y la marginación social crean un ambiente propicio para que los abusos ocurran en el hogar, donde las víctimas carecen de las herramientas y el apoyo necesario para romper el ciclo de violencia.
En comunidades vulnerables, donde los recursos y la educación son limitados, los niños y niñas se encuentran en una situación de vulnerabilidad extrema. En este contexto, los agresores de casos de incesto, que son familiares cercanos, aprovechan el poder y control que ejercen sobre las víctimas para perpetuar los abusos, a menudo en silencio y sin consecuencias.
La importancia de la educación sexual integral
Para combatir eficazmente el incesto y otros tipos de abuso sexual, es fundamental que República Dominicana implemente un programa de educación sexual integral en todos los niveles educativos. La educación sexual no solo debe centrarse en aspectos biológicos, sino también en enseñar a los niños, niñas y adolescentes sobre sus derechos, cómo identificar el abuso, qué hacer en caso de ser víctimas y a dónde acudir para denunciar a sus agresores.
La falta de educación sexual integral en el país contribuye a que muchas víctimas de incesto no comprendan lo que les está sucediendo o no tengan la capacidad de verbalizar su experiencia. Por eso, la educación tiene el papel más importante de todos. Además, la falta de información adecuada sobre la sexualidad y los derechos reproductivos alimenta la desinformación y refuerza creencias dañinas sobre la sexualidad femenina y el papel de las mujeres en la sociedad.
En este sentido, es obligación del gobierno y las instituciones educativas promover programas de sensibilización y prevención que empoderen a los jóvenes, especialmente a las niñas, a tomar control sobre su cuerpo y a denunciar cualquier tipo de abuso. Esta educación debe estar respaldada por una red de apoyo sólida que incluya consejería psicológica, protección legal y un sistema judicial sensible a las necesidades de las víctimas.
El papel de la justicia y las instituciones
Aunque la legislación dominicana condena el incesto, el sistema judicial a menudo falla en proteger adecuadamente a las víctimas y en castigar a los agresores. Las leyes existentes, aunque progresivas en papel, no siempre se aplican de manera efectiva debido a la corrupción, la falta de capacitación de las autoridades y la desconfianza general en el sistema judicial.
Las autoridades dominicanas deben reforzar las instituciones de protección infantil y asegurar que las denuncias de incesto y abuso sexual se traten con urgencia y seriedad. Laura Suazo resaltó la necesidad de acelerar y fortalecer los programas existentes para abordar esta problemática.
Además, es crucial que se implementen mecanismos de protección más sólidos para las víctimas, incluyendo refugios con servicios de apoyo legal y psicológico gratuitos. La colaboración entre organizaciones no gubernamentales, instituciones públicas y organismos internacionales, como el UNFPA, puede desempeñar un papel vital en la creación de una red de apoyo efectiva que garantice que las víctimas tengan acceso a los recursos necesarios para escapar de situaciones de abuso y reconstruir sus vidas.
El incesto es una crisis que no puede seguir siendo ignorada en la República Dominicana. Sin un enfoque integral que incluya educación, justicia y apoyo psicológico, las víctimas seguirán siendo silenciadas y el ciclo de abuso en los niños y adolescentes continuará. Es hora de que la sociedad dominicana, junto con sus instituciones, reconozca la gravedad de este problema y actúe con decisión. La erradicación del incesto y el abuso infantil requiere un compromiso colectivo para garantizar que todos los niños y niñas crezcan en un entorno seguro y libre de violencia. Si no actuamos ahora, las futuras generaciones cargarán con las consecuencias de nuestra inacción.
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