manifestación en Chile

¡Ganan las mujeres! Chile rechazó constitución de extrema derecha

En Chile se rechazó, por segunda vez, el intento por cambiar su actual constitución. En esta ocasión, el rechazo se presentó sobre un texto radicado por la extrema derecha del país que habría puesto en riesgo los derechos de las mujeres.

Segundo proceso fallido

Durante la presidencia de Gabriel Boric, Chile ha vivido dos episodios en los que se ha impulsado el cambio de la actual constitución; ambos, con el mismo resultado: el rechazo del pueblo chileno. El primer intento se vivió en 2022, impulsado bajo la propuesta de una asamblea nacional constituyente, dominada por la izquierda, que buscaba cambios de fondo, pero que se rechazó con una votación de 62% en contra.

El segundo intento, totalmente diferente, lo lideró el ala radical de la extrema derecha austral, dominada por el partido republicano de Chile. Durante esta etapa, el gobierno de Boric se mantuvo al margen y solo acompañó un proceso que se definió el pasado 17 de diciembre, con una votación del 55% en contra del ajuste a la constitución.

¿Por qué han fallado los ajustes a la constitución?   

Tanto los procesos liderados por izquierda y extrema derecha han sufrido sendos reveses, manteniendo la vigencia de una constitución que, de plano, tiene un carácter conservador toda vez que se heredó de los tiempos de dictadura de Augusto Pinochet. Y en este punto, se puede decir que parte de la justificación se halla dentro del hecho de tratarse de un país sumido en una situación de polarización que, incluso, llevó al actual presidente Gabriel Boric a señalar, finalizada la jornada de votaciones, que durante su mandato se cierra la posibilidad de cualquier procedimiento de cambio constitucional, entendiendo que, ante la división y los resultados obtenidos, ha sido evidente que no se logró ningún tipo de consenso.  

El último resultado, un alivio para los derechos de las mujeres

Tal como se ha venido indicando, el texto puesto en consideración tenía un fuerte contenido conservador. La situación era tan radical que, algunas figuras y analistas en Chile, llegaron a señalar que el documento parecía un programa de gobierno del abanderado de la extrema derecha chilena y ex candidato presidencial, José Antonio Kast.

En esa medida, se instaló una enorme preocupación en los distintos colectivos defensores del progresismo en el país del sur del continente. De forma particular, las organizaciones enfocadas en la defensa de los derechos de las mujeres entraron en alerta por situaciones como:

  • Artículos que protegían “la vida de quien está por nacer”
  • Artículos sobre objeción de conciencia
  • Herramientas para poner en peligro el aborto bajo las tres causales, que se tiene en Chile hace más de 5 años
  • Dificultar el acceso de las mujeres a herramientas de salud reproductiva

Todo lo anterior, presentándose como la posibilidad plausible de retroceder en espacios que se habían venido ganando producto de múltiples luchas en defensa de la mujer y sus derechos. 

Por fortuna, este proceso no llegó a buen puerto y la sociedad chilena no seguirá fortaleciendo su carácter conservador. Habrá que esperar entonces a que en unos años se abran nuevas ventanas para ajustes constitucionales y que, para ese momento, el país se encuentre más dispuesto a construir caminos de consenso que fortalezcan los derechos de toda la población. 

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