Javier Milei se encontraba en un conflicto con Jorge Lanata, un periodista que siempre estuvo acostumbrado a investigar e incomodar a los poderosos. Lanata falleció recientemente.
A Milei no le gusta que lo contradigan
Si de problemas se trata, Javier Milei es un tipo experto. No importa con quién, no importa cuándo, no importa dónde, no importa de qué manera, Javier Milei siempre va al frente sin medir las consecuencias de sus acciones, en medio, claro, de una actitud prepotente y, en particular, dada su condición como jefe de estado, irresponsable. Milei discute con sus pares, tiene problemas en la interna de su propio partido, le incomoda cualquier cosa que diga la oposición, se fastidia si un presidente de otro país lo interpela y, ahora, como si fuera poco, se irrita y no acepta que la prensa argentina no esté de acuerdo con él. Y sí, parece que Argentina no eligió a un presidente sino a un niño malcriado.
El round con la prensa: Milei vs Lanata
El rival de turno de Milei era el reconocido periodista argentino: Jorge Lanata. Lanata era una figura que también, como Milei, era reconocido por su carácter polémico. Este comunicador construyó una robusta carrera en los medios a través de la crítica a distintos gobiernos, su estilo fue más contra poder y la intención de sus acciones siempre estaban direccionadas a incomodar.
- Milei pasó de panelista a presidente, ni él esperaba ganar
- Su actitud es irresponsable, no actúa como jefe del ejecutivo
- Milei es un tipo autoritario
Lo anterior, había sido parte de lo que dijo Lanata sobre Milei. ¿Y por qué pasó esto? Sencillo, Milei solía desmentir a Lanata y tildarlo de corrupto. Ante todo esto, el periodista, previo su sorpresivo deceso, acudió a la justicia del país para interponer una demanda, argumentando que Milei pretendía intimidarlo pero que no lograría callarlo. Sumado a ello, invitó a otros periodistas a unirse en función de marcarle la cancha al volátil economista que piensa que mandando a callar a todos soluciona los problemas.
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