La estricta posición que se tiene en contra del aborto en República Dominicana debe parar. En apenas unas pocas semanas, dos dramáticos casos han puesto en evidencia la forma en la que mujeres de este país mueren por sus obsoletas restricciones.
El aborto en República Dominicana, un tema radical
República Dominicana hace parte de los países latinoamericanos que maneja prohibición total del aborto, sin contemplar ninguna excepción. Esta nación, además, tiene estipulado en su código penal fuertes sanciones para quienes participen en situaciones relacionadas con el aborto. Lo anterior, como si fuera poco, se acompaña de un ambiente de bastante radicalismo religioso y conservador, lo que implica que los espacios de poder dominicano, por ejemplo, tengan fuerte presencia “Provida”, circunstancia que, claramente, dificulta algún ajuste legislativo.
Las mujeres mueren y ¿a nadie le importa?
Salvo los colectivos feministas que persiguen la defensa de la mujer y la protección de sus derechos reproductivos o los familiares de las mujeres que se encuentren en situaciones difíciles, al parecer, no hay nadie interesado en que cesen las muertes de mujeres que requieren un aborto. Uno de esos personajes que poco interés ha demostrado es el propio Luis Abinader, presidente del país, quien en campaña en 2020 se manifestó en favor del aborto con las tres causales, pero que luego ha obviado la situación cada vez que ha podido.
Hace algunos días, en un espacio de rendición de cuentas, Abinader abordó temas relacionados con la mujer que incluyeron:
- Igualdad de género
- Leyes integrales sobre violencia contra la mujer
- Mejora en condiciones económicas y laborales para la mujer
Pero saltó el tema del aborto. Lo pasó por alto, tal como lo hace en general el estado en República Dominicana, toda vez que el estado de este país aprobó en segunda lectura el proyecto de ley del código penal, sin incluir las necesarias tres causales para la interrupción del aborto.
Las dramáticas muertes de mujeres en República Dominicana
La muerte de Adilka Feliz, el pasado mes de febrero, y la reciente muerte de una niña de 13 años, deben ser el detonante definitivo de un necesario cambio en República Dominicana: el cuidado de la salud reproductiva de la mujer debe ser prioritario. La realidad es que más mujeres no pueden seguir muriendo producto de la obsoleta reglamentación de un país pretende seguir legislando con la biblia bajo el brazo.
De igual manera es de vital importancia la inclusión del aborto en las tres causales: riesgo para la vida de la madre, inviabilidad del feto y violación o incesto. Es momento que la sociedad dominicana se dé cuenta que casos como el de la menor, no pueden seguir pasando, y que los abortos seguros más que matar, salvan vidas.
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