The Sunday Times realizó una investigación centrada en el campo de refugiados de Kakuma en Kenia, descubriendo que mientras más chicas de tales orígenes son seleccionadas para modelar en Europa, más pocas encuentran la fortuna que se les prometió.
Las agencias y los cazatalentos explotan a modelos, atrayéndolos con sueños de un mañana más brillante.
Problemática en el Campo de Kakuma
Kakuma, ubicado en el norte de Kenia cerca de las fronteras de Uganda y Sudán del Sur, es uno de los campos de refugiados más grandes a nivel mundial. Gestionado por el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), alberga aproximadamente a 280,000 personas que han escapado de conflictos en África Oriental y Central.
Muchos de los habitantes provienen de Sudán del Sur, el país más pobre del mundo, afectado por guerras civiles y tribales que han causado la muerte y el desplazamiento de millones de personas.
La vida en Kakuma se caracteriza por
- La pobreza extrema,
- El acceso limitado a agua potable y
- La escasa electricidad.
- Las raciones de alimentos han sido drásticamente reducidas, forzando a muchos a sobrevivir con una sola comida al día.
- Las condiciones en el campamento exponen a los residentes a riesgos para la salud,
- Mujeres jóvenes enfrentan matrimonios forzados y
- Personas LGBTQ+ padecen crímenes de odio y violaciones de derechos.
Aspiraciones explotadas
Para los residentes de Kakuma, una carrera en el modelaje parece ser el boleto dorado hacia una vida mejor.
Las agencias de modelaje explotan esta aspiración, atrayendo a jóvenes talentos con promesas grandiosas, mientras pasan por alto la dura realidad de las deudas y los sueños rotos.
Los cazatalentos locales identifican a posibles modelos y envían sus fotos a agencias europeas. Las modelos que superan la selección inicial reciben permisos de trabajo para abandonar el campamento y viajar a Nairobi.
Por cada modelo exitoso, hay muchas que vuelven al punto de partida, desnutridas y desilusionadas.
Funcionamiento de agencias
La industria del modelaje opera bajo un sistema de deudas en el que las agencias financian los visados, vuelos, alojamientos y gastos en general que deben ser reembolsados cuando la modelo comienza a ganar.
Si las modelos no logran ser admitidas para continuar con sus carreras, todos los gastos deberían ser pagados por ellas mismas, por lo que, no solo regresarían al punto de partida sino también, quedarían en deuda con la agencia.
Este sistema se aplica independientemente del origen del modelo, pero cuando se promociona como la única puerta hacia un futuro mejor, se convierte en un acto de crueldad.
Esto destaca la urgente necesidad de una reforma en la industria, asegurando que las modelos sean tratadas con transparencia y respeto desde el momento en que son descubiertas.
Inclusión
La inclusión en la industria del modelaje nunca debe llevar consigo la explotación. Las agencias deben asumir la responsabilidad de educar y proteger a los jóvenes talentos, garantizando su bienestar y dignidad.
Mientras aspiramos a un mundo de la moda más diverso e inclusivo, también debemos esforzarnos por una industria justa y ética que no deje lugar a la explotación. (H3)
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