Cuatro mujeres de Idaho relatan en corte cómo las leyes estatales les negaron abortos, arriesgando su salud. La demanda busca claridad en excepciones médicas.
Cuatro mujeres demandan a Idaho tras negarles abortos por embarazos no viables, testificando esta semana en el Tribunal del Condado de Ada sobre los riesgos a su salud y el trauma emocional que sufrieron. La demanda, encabezada por el Centro de Derechos Reproductivos, desafía las estrictas leyes de aborto de Idaho, que permiten el procedimiento solo en condiciones extremas, dejando a los médicos con poca orientación para evitar penas de cárcel.
Las mujeres explicaron cómo sus embarazos representaban riesgos serios debido a anomalías fetales y por qué optaron por terminar su gestación para proteger su salud.
Rebecca Vincen-Brown, una de las demandantes, viajó fuera del estado tras conocer a las 16 semanas que su feto tenía múltiples anomalías y no sobreviviría. Incapaz de recibir atención en Idaho, condujo siete horas hasta Portland, Oregon, donde finalmente pudo someterse a un aborto, lo que le provocó un doloroso y traumático proceso que calificó como “innecesario y evitable”.
La ley de Idaho considera el aborto un delito grave, salvo en casos limitados.
La demanda alega que estas restricciones violan los derechos de las mujeres a la seguridad y de los médicos a practicar según la ley estatal. Los demandantes piden que los abortos sean permitidos en tres casos: cuando la vida de la mujer esté en peligro, ante condiciones médicas que se agraven con el embarazo y en casos de fetos sin posibilidad de supervivencia.
La demanda se presenta tras el creciente debate sobre los derechos reproductivos en Estados Unidos.
El abogado Nick Kabat destacó que esta falta de claridad en las leyes de Idaho podría tener consecuencias mortales si no se define cuándo un médico puede actuar sin temor a represalias legales.
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