Milei en España

Milei no se detiene

@Arturo Vargas

Javier Milei, presidente de Argentina, sumó recientemente un suceso más a su prontuario de salidas en falso en el ámbito diplomático. Milei no se detiene.

Un innecesario problema con España

A veces no se sabe si Javier Milei es consciente de la responsabilidad que representa el cargo que ocupa como presidente de Argentina. Lo cierto es que, dadas sus actuaciones y salidas en falso, se puede llegar a pensar que Milei, en sus adentros, sigue considerándose meramente el polémico economista que desde sus redes sociales se despachaba en contra de todos, sin ningún tipo de consecuencia.   

El problema para Javier Milei y, bueno, en realidad para Argentina en general es que él ya no es solo el influenciador que ganaba likes con sus mensajes subidos de tono, ahora siendo presidente las implicaciones son enormes. Justo, en estos días, volvió a cometer un acto de imprudencia producto del poco control que tiene sobre lo que dice y generó un conflicto diplomático con España. Situación que no es nueva para Milei, con Colombia, por ejemplo, ya le había pasado. 

Lo sucedido en España

Este episodio de malestar diplomático protagonizado por Milei es bastante curioso. El presidente de Argentina llegó a España para participar de un evento del partido VOX, el partido de ultraderecha de España. La llegada de Milei se convertía en su primera visita a tierras españolas tras convertirse en el líder del ejecutivo de su país, visita en la que no contempló reuniones con Pedro Sánchez, presidente de España, ni con el Rey Felipe VI. Algo ciertamente inusual. 

Lo que vino con su participación en el evento de VOX, dejó retratado como algo circunstancial no haberse reunido ni con Sánchez ni con el Rey. Resulta que Milei consideró conveniente, fiel a su nulo estilo diplomático, disparar en contra del actual gobierno de España e irrespetar directamente a la esposa del presidente, Begoña Gómez, a quién sin ningún tipo de vergüenza llamó “corrupta”. Un hecho que, a todas luces, atenta contra cualquier tipo de comportamiento que pueda ser aceptable en un jefe de estado. 

La reacción en España

El malestar, obviamente, es total. Y no es para menos. La actitud de Milei no debería pasar los límites del respeto, más allá de las diferencias y así lo ha destacado Sánchez, presidente español. Por ahora, las consecuencias marcan una tensa relación entre Argentina y España, acompañada de un ida y vuelta diplomático con amenaza de ruptura de relaciones a la espera de una disculpa pública que el propio Milei pareciera estar poco interesado en ofrecer, ya que alimentando su comité de aplausos digital, decidió echar leña al fuego con publicaciones retantes y sarcásticas. En definitiva, Milei no se detiene. Milei no se detiene y no lo hará en tanto que continúe recibiendo respaldo de algunos que justifican lo injustificable.      

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