El estado de California ha demandado al hospital católico Providence St. Joseph, en Eureka, por negarse a realizar un aborto de emergencia, a pesar de la recomendación de un médico y de la ley estatal que protege los derechos reproductivos.
La necesidad de Anna Nusslock
Anna Nusslock, una quiropráctica de 36 años, acudió al hospital en febrero después de que su embarazo de gemelos de 15 semanas presentara complicaciones. Según registros médicos, uno de los fetos no sobreviviría y el otro tenía mínimas posibilidades. Los doctores advirtieron que, si no se interrumpía el embarazo, practicarle un aborto, Nusslock corría riesgo
- De infección
- Hemorragia
- y posibles daños a su fertilidad.
Sin embargo, el hospital, afiliado a la Iglesia Católica, se negó a realizar el aborto porque los latidos fetales aún eran detectables. Tras varias horas de espera, el esposo de Nusslock la llevó a otro hospital, donde llegó con hemorragia severa y pasó de inmediato a cirugía.
¿Qué dicen las autoridades en California?
Rob Bonta, el fiscal general de California, presentó una demanda alegando que el hospital violó la ley estatal de servicios de emergencia, que requiere brindar atención para prevenir lesiones graves, no solo la muerte. Bonta también expresó su preocupación por la aplicación incierta de la ley federal EMTALA, que exige atención médica de emergencia, incluyendo abortos, pero ha sido impugnada en estados con prohibiciones. “No queremos otra situación como la de Anna”. Concluyó Bonta.
El hospital afirmó estar revisando la demanda y destacó su compromiso con la salud de las mujeres. California busca detener la política del hospital mientras avanza el caso.
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