El Gobierno de Francia cae tras una moción de censura histórica. Macron enfrenta incertidumbre política mientras busca un nuevo primer ministro aceptable para todos
El Gobierno de Francia, liderado por el primer ministro Michel Barnier, cayó este miércoles tras una moción de censura en la Asamblea Nacional. La medida, respaldada por una alianza entre partidos de izquierda y ultraderecha, marcó un golpe significativo para el presidente Emmanuel Macron.
Esta destitución es la primera de su tipo desde 1962 y pone al país en una encrucijada política.
Barnier, conocido por su papel en las negociaciones del brexit, asumió el cargo hace solo nueve semanas. Fue designado como un intento de Macron por equilibrar las divisiones políticas en un Parlamento fragmentado. Sin embargo, su presupuesto, que proponía recortes de gastos y aumentos de impuestos por 60.000 millones de euros, desató críticas desde todos los flancos. Tanto la izquierda como la ultraderecha rechazaron las medidas por considerarlas insostenibles para la población.
Ahora, Macron enfrenta el desafío de nombrar un nuevo primer ministro capaz de construir alianzas en un Parlamento profundamente polarizado. Las opciones parecen limitadas. La izquierda exige un líder de su bando, mientras que la ultraderecha, liderada por Marine Le Pen, aprovecha la situación para fortalecer su posición de cara a las elecciones de 2027.
El país se encuentra sumido en un estancamiento político que amenaza con prolongarse.
Las ambiciones de Macron para avanzar en su agenda de reformas han quedado paralizadas. Aunque sigue firme en su posición hasta el final de su mandato, la presión aumenta.
Mientras tanto, los ciudadanos franceses observan con preocupación cómo su Gobierno enfrenta una de las mayores crisis políticas de las últimas décadas. La estabilidad parece lejana, y los próximos pasos de Macron determinarán el rumbo de Francia en los próximos años.
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