@Arturo Vargas
El expresidente colombiano, Álvaro Uribe Vélez, fue llamado a juicio por la Fiscalía General de la Nación. Uribe se convierte así en el primer expresidente en enfrentar un proceso de esta índole.
Primer expresidente en Colombia, llamado a juicio por la Fiscalía
“Es una persecución”, alega la oposición en Colombia, en cabeza del Centro Democrático, partido del que Álvaro Uribe Vélez es máximo líder. Una idea de persecución que está fundamentada en que, al estar Gustavo Petro en el poder, producto de transitar orillas tan distantes con Uribe, estaría buscando la forma de afectar la imagen del ex presidente. Después, fortalecen sus argumentos bajo la premisa de la reciente elección de Luz Adriana Camargo como fiscal general, una situación que, según la oposición, forzó Petro para afectar a quien se oponga a sus ideas, a través del ente acusador colombiano.
Ahora, lo cierto es que independientemente de las muchas teorías de persecución que partidos como el Centro Democrático alegue, Álvaro Uribe Vélez se ha destacado por tener una cercana relación con la justicia, tal como muchos personajes que lo han rodeado:
- Andrés Felipe Arias, ex ministro de Uribe que estuvo en la cárcel
- Sabas Pretelt de la Vega, ex ministro también preso
- Mauricio Santoyo, ex jefe de seguridad de Uribe, preso también.
Todos ellos, con un vínculo estrecho con Uribe, ya que le acompañaron mientras lideró el ejecutivo colombiano.
Una “persecución” llena de motivos
Pese a mantener un elevado porcentaje de popularidad dentro de un sector de la ciudadanía colombiana, Uribe no logra deshacerse de la justicia. La justicia le persigue, pero es una persecución llena de pruebas. Una justicia que, de forma curiosa, le persigue con más ahínco después de una denuncia que el propio Uribe interpuso contra Iván Cepeda y que dio origen a las razones por las que hoy es requerido por la Fiscalía.
La solicitud que le ha hecho la Fiscalía a la Corte Suprema de Justicia para llamar a juicio a Uribe sería por los presuntos delitos de fraude procesal y manipulación de testigos. Un par de circunstancias no menores, que responderían a la que, seguramente, es la principal etiqueta ilegal que carga el expresidente colombiano y es la de su relación directa con el paramilitarismo. Un paramilitarismo que ha significado muerte y terror para Colombia, un paramilistarismo que, como la justicia, persigue a Álvaro Uribe.
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