La recta final de las votaciones en México ha estado marcada por debates poco profundos, llenos de ataques he insultos entre los candidatos.
Más insultos, menos debate
Hace un par de semanas, el 28 de abril, se vivió el segundo debate presidencial en México, un espacio en el que por cerca de dos horas los candidatos pudieron, no solo debatir, sino también contestar las preguntas que la ciudadanía de todo el país les envió de forma pregrabada. El debate fue organizado, como pasó con el primero, por el Instituto Nacional Electoral.
Mucho más se esperaba de Claudia Sheinbaum, oficialista del Partido Morena, Xóchitl Gálvez de la Coalición opositora y Jorge Álvarez de Movimiento Ciudadano, los tres principales aspirantes a suceder a Andrés Manuel López Obrador como presidente en México. La decepción radicó en que el debate se convirtió más en un campo de batalla y acusaciones, dejando en el aire el deseo de escuchar las propuestas con las que se mejorarán las cosas en el país.
Claudia Sheinbaum, favorita para las elecciones
Tanto en el primer como el segundo debate, los expertos proyectaban que hubiese una estrategia de Gálvez y Álvarez para persuadir a los votantes que, por ahora, según las encuestas, se inclinan por la candidata del oficialismo, Claudia Sheinbaum. No obstante, la situación no se ha dado de esta manera y los insultos, más que las propuestas, han sido protagonistas, particularmente entre Gálvez y Sheinbaum quienes se han tratado de corruptas, mentirosas y “narcocandidatas”.
Los temas principales en los debates
Claro está que en los pocos espacios en los que los candidatos no han estado enfrascados en discusiones, insultos y acusaciones, se han abordado ejes temáticos como:
- Pobreza y desigualdad
- Cambio climático
- O infraestructura
Todas estas, junto con la seguridad, cuestiones determinantes y de gran interés en un país que tendrá que decidir el próximo 2 de junio si continuar con la actual idea de gobierno o dar un giro a la política que dirige México. Por lo pronto, los tres candidatos se preparan para el tercer y último debate, un encuentro que se llevará a cabo el 19 de mayo y en el que se esperan más propuestas y menos insultos.
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