Castro busca establecer lazos diplomáticos bilaterales con China
El anuncio de la ruptura de relaciones diplomáticas entre Honduras y Taiwán ha generado una gran polémica en la región latinoamericana. La presidenta hondureña, Xiomara Castro, ha sido criticada por algunos medios y sectores políticos por esta decisión, mientras que otros la ven como un paso importante hacia una mayor integración con China.
La decisión de Honduras se suma a la de otros países centroamericanos que también han roto relaciones con Taiwán para establecer vínculos con Pekín. Según fuentes oficiales, el canciller Enrique Reina comunicó la decisión de la ruptura de relaciones diplomáticas a Taiwán el pasado sábado 25 de marzo.
Desde Taipei, se ha acusado al gobierno de Castro de someterse a la política de chequera de Pekín, pero lo cierto es que solo 13 países mantienen relaciones oficiales con Taiwán y no con China.
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El principio de «Una sola China» y la ruptura de relaciones con Taiwán
En su cuenta de Twitter, la presidenta Castro había anunciado que había instruido al canciller Reina para que gestionara la apertura de relaciones «oficiales» con China. La cancillería hondureña ha reconocido la existencia de una sola China en el mundo y que el gobierno de la República Popular China es el único gobierno legítimo que representa a toda China.
Con esta decisión, Honduras se une a otros países de la región que han establecido lazos diplomáticos con China bajo el principio de «Una sola China». Este principio establece que Pekín no permite a ningún país mantener relaciones diplomáticas simultáneamente con Taiwán.
La decisión de Honduras ha generado opiniones encontradas en la región, pero lo cierto es que la apertura de relaciones con China podría traer importantes beneficios económicos y comerciales para el país. Además, se espera que la relación con China se traduzca en un mayor intercambio cultural y educativo entre ambos países.
En conclusión, la decisión de Honduras de romper relaciones diplomáticas con Taiwán y establecer vínculos con China ha generado controversia en la región, pero representa un paso importante hacia una mayor integración con el gigante asiático. La presidenta Castro ha dejado claro su compromiso con una política exterior más activa y dinámica, y se espera que esta decisión tenga un impacto significativo en el futuro de Honduras y la región latinoamericana.
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