Desde el 24 de diciembre, se han presentado dos constantes en redes sociales: test de antígenos y gente alucinando con la última apuesta de Netflix, la comedia Don’t look up (No mires arriba).
Dirigida por Adam McKay, esta película está plagada de estrellas y propone cómo sería tener que difundir el mensaje de que un cometa amenaza con colisionar contra la tierra en una época en la que las fake news están a la orden del día.
Aunque la película no deja de ser una comedia, su tesis se podría aplicar a situaciones tan actuales como el calentamiento global o la mismísima pandemia de coronavirus. De hecho, el filme hace que el espectador pase de la carcajada al enfado y preocupación en cuestión de segundos.
Del Cine a la Realidad
¿Qué tan distante está el filme de nuestra realidad? Vamos poner un ejemplo sencillo, y hasta cotidiano, que nos ayudará a resolver la duda.
El pasado 2 de enero, Eduardo Verastegui arremetió en sus redes sociales contra el cambio climático y su uso “ideológico”. Además, decidió ensañarse contra sus haters y repartió diversos insultos a los que señalaron como un provocador.
Por una parte, el intérprete ha admitido que el cambio climático es una realidad, pero por otra ha insistido y minimizado el problema afirmando que solo se trata de una «constante» en nuestro planeta desde su creación. Sin embargo, la idea que realmente quería exponer era la forma en que se está utilizando, ya que en su opinión, el calentamiento de la tierra es simplemente una excusa para impulsar legislaciones que liberalizan el aborto.
«Es ideología de muerte, porque llegan incluso a justificar el aborto como forma de control poblacional», ha señalado en una parte de su mensaje.
Sus seguidores saben muy bien que él defiende el posicionamiento provida en cualquier supuesto y ahora afirma que el cambio climático es una «excusa para imponer ideas radicales de izquierda». «Que no nos engañen», ha pedido a todos los que comparten su punto de vida.
De igual manera, a pesar que la pandemia ha cobrado la vida de millones de personas en todo el mundo desde su aparición a finales del año 2019, aún existen personas dentro del mundo del espectáculo con una posición en contra. Miguel Bosé o Eduardo Verástegui son un claro ejemplo de ello, ya que en más de una vez se han mostrado en contra del uso de mascarilla, en el caso del español, o de colocarse las vacunas, en el caso del mexicano.
Don’t look up puede ser doloroso de ver, pero el tono es tan burdo y las actuaciones, caricaturescas, que hay suficiente distancia para que podamos entender de qué nos reímos sin ponernos a llorar por lo condenados que estamos.
Personajes como Verastegui son el ejemplo perfecto que nos muestra el filme sobre cómo las y los influencers pueden manipular y desinformar minimizando problemas reales para promover una agenda personal (política/religiosa) que busca a toda costa y cada vez de manera más absurda desacreditar temas de trascendencia global.
Sin embargo, a pesar de que Don’t Look Up se estrenó hace algunos días en Netflix, parece que al menos en las siguientes semanas –y probablemente hasta que termine la temporada de premios–, no dejaremos de hablar de esta película.
Fuentes:
https://eldeber.com.bo/escenas/por-que-todo-el-mundo-esta-hablando-de-dont-look-up-de-netflix_261464