@Justino José Rodríguez Tavera
Mientras muchas mujeres esperan ajustes al Código Penal de República Dominicana otras tantas trabajan en proyectos para limitar sus derechos reproductivos.
Soraya Suárez, ¿un monumento a la falta de sentido común?
Si de contradicciones se tratara, seguramente los mal llamados “pro-vida” estarían ocupando un lugar protagónico. Si no es así, que se lo pregunten a la diputada Soraya Suárez, una mujer que ha presentado su proyecto para ajustar el Código Penal dominicano y, para sorpresa de su propio género, las propuestas allí incluidas van en contra de la vida y la salud de las mujeres.
Suárez es una mujer que, decididamente, se halla ubicada en la orilla de quienes están en contra de la interrupción del embarazo. Tan radical es la posición de esta mujer que hasta le cuesta usar la palabra ‘interrupción’ y por ello habla de esto como un delito. De tal forma que no sorprende su defensa sobre la penalización y la oposición a la interrupción del embarazo, incluso, aunque este sea producto de una violación ya que, según ella, medicamente sería más riesgoso interrumpir un embarazo que tener un hijo en tales circunstancias. Y no, no es una exageración ni una locura, Soraya Suárez deja esto en claro cada vez que tiene la oportunidad de hablar al respecto.
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Necesitamos romper con los imaginarios del extremismo
Que cada quien tenga sus ideas y defienda sus convicciones está bien, siempre que dicho ejercicio no afecte la realidad de terceros. El problema, en el caso de República Dominicana, es que los excesos de quienes defienden ideas conservadoras interfieren directamente con el bienestar de millones de mujeres en el país. Amparados en la religión y conceptos de familia, ciudadanos del común y figuras políticas, como Suárez, pretenden imponer sus posiciones aún a pesar de que las mismas signifiquen afectaciones sobre los derechos de otros.
Por esto, es increíble pensar que alguien que pertenece a un movimiento “pro-vida” dominicano promueva castigar hasta 20 y 30 años de cárcel a quienes participen en la interrupción de un embarazo, incluidos los profesionales de la salud. Eso no es estar en favor de la vida y mucho menos en favor de la salud de quienes tienen que enfrentar más dificultades, desde más temprana edad.
¿Y dónde están las mujeres poderosas de República Dominicana defendiendo los derechos de mujeres y niñas en el país?
No aparecen. Mujeres de las que se esperaría más implicación en defensa de las mujeres y, en especial, de las niñas, definitivamente no aparecen. Al parecer, en algún momento hubo mucho de discurso pero poco de acción.
- Raquel Arbaje, primera dama de la Nación;
- O Raquel Peña, vicepresidenta de República Dominicana,
Brillan por su ausencia en las esferas del debate y decisión por la defensa de los derechos de las dominicanas que tanto dicen defender en los medios y en sus campañas del mismo gobierno. Mucho que desear deja el hecho de que no aparezcan y eleven sus voces en este álgido momento en el que se trabaja por los ajustes al Código Penal.
¿Tan poco interés hay en la realidad del género femenino por parte de estas reconocidas mujeres? ¿Acaso están de acuerdo con las exageradas penas que se proponen para quienes participan en la interrupción de embarazos? ¿Coincidirán con el extremismo de mujeres como Soraya Suárez? ¿Qué harían estas mujeres si quienes estuviesen implicadas en una situación como esta fueran sus conocidas o familiares? Dicen que no se debe desear el mal ajeno, pero ojalá estas mujeres que proponen castigos tan desmedidos no tengan que confesar o vivir en carne propia, en algún momento, una situación que las ponga en riesgo de ser juzgadas con la misma moneda con la que quieren que la justicia castigue a millones de niñas y mujeres.
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