Monseñor Ramón Benito Ángeles, quien fuera Obispo auxiliar de Santo Domingo, capital de República Dominicana, está inmerso en una investigación por agresión sexual.
Ramón Benito Ángeles, investigado por agresión sexual
Monseñor Ramón Benito Ángeles no ha tenido mucha tranquilidad los últimos meses. Filósofo de profesión, profesor universitario y rector de la Universidad Católica de Santo Domingo, Benito Ángeles enfrenta un delicado episodio en el que se le investiga desde el Vaticano por presunta agresión sexual. Una circunstancia, a todas luces, no menor, que tendría consecuencias directas en lo que por ahora es su vida sacerdotal.
¿En qué radica la acusación?
La denuncia indica un presunto abuso sexual que habría tenido lugar en el Seminario Menor de La Vega, en 1994. Según señaló la víctima, quien acudió a un sacerdote de su confianza para confesarle lo sucedido, durante este año (1994) en el seminario, Benito Ángeles, quien para ese entonces tenía 45 años, abusó de esta persona que para la época era un joven de tan solo 14 años de edad. El total detallado de las acusaciones fue entregado a la Nunciatura en República Dominicana y desde allí se empezó a dar trámite a todo; aunque, vale la pena señalar en este punto que importantes figuras religiosas dominicanas sabían del caso y guardaron silencio. Entre otros, se encuentran relacionados:
- Monseñor Francisco Ozoria
- Monseñor Jude Thaddeus Okolo
- Y Monseñor Príamo Tejada
La renuncia de Benito Ángeles a ser Obispo
En 2017 Benito Ángeles fue designado Obispo auxiliar de Santo Domingo y en 2018 El Vaticano tuvo conocimiento sobre los hechos de agresión sexual que relacionaban al religioso dominicano. Durante estos años, Benito Ángeles se mantuvo en su cargo como Obispo auxiliar pese a la investigación que tenía en curso. No obstante, a inicios de 2024, al polémico sacerdote (inmerso en otros escándalos legales de distintas características) se le aceptó su renuncia desde El Vaticano por haber cumplido 75 años de edad. O bueno, al menos esa fue la versión ofrecida por la Conferencia Episcopal Dominicana, que, por cierto, en ningún momento se refirió al episodio de agresión sexual.
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