madres que trabajan

¿Es posible ser madre trabajadora en América Latina?

Partir de esta pregunta implica que existen obstáculos que dificultan la participación de las madres en el ámbito laboral; pero, ¿por qué ser madre sería una limitación para trabajar?.

Para responder, se deben destacar los roles de género, pues cuando la mujer ingresó al mundo laboral, se le asignaron “trabajos de mujer” que supuestamente iban alineados con sus aptitudes y habilidades. Sin embargo, esos trabajos han sido históricamente peor pagados que los “trabajos de hombre”, que según la población de la época, requerían “mayores esfuerzos”.

Aunque las mujeres se han preparado para tener aptitudes similares o superiores a las de los hombres y han logrado una significativa inserción al mundo laboral, la participación en el mundo laboral en América Latina sigue teniendo una desigualdad del 25% según estudios de la Organización Internacional del Trabajo, sin mencionar que los salarios son más bajos y en general, ocupan puestos de menor rango.

porcentaje por sexo de participación en el trabajo

La brecha laboral en la maternidad

El Banco de Desarrollo de América Latina (CAF) resalta que el porcentaje de participación en el trabajo de las mujeres “cae drásticamente con la llegada del primer hijo, como también sucede con los ingresos laborales”. Además, dentro del mismo estudio, distinguen que los impactos sobre los padres, son “prácticamente nulos”.

En la mayoría de casos, las madres cargan con la responsabilidad del cuidado infantil, enfrentado la pausa de su desarrollo profesional y, como revela el CAF, eligiendo opciones como trabajos de medio tiempo o informales. “La maternidad aumenta la tasa de empleo a tiempo parcial de las madres entre un 16% y un 29%”.

El problema es que este tipo de trabajos generan remuneraciones muy bajas con poca o ninguna cobertura de protección social, lo que implica mayor vulnerabilidad. 

Una razón específica

Todo lo anterior converge en una solución que puede hacer la vida de las mujeres que se convierten en madres, mucho más sencilla.

Facilitar el acceso a servicios de cuidados para bebés y niños, lograría que las mujeres pudieran aspirar a continuar su vida laboral con mayor normalidad.

En diferentes países de Latinoamérica, las madres trabajadoras aumentaron gracias a la implementación de programas de guarderías gratuitas y subsidiadas.

  • En Brasil subieron un 17%,
  • En Ecuador, un 22%, 
  • En Chile, un 10%,
  • En Colombia, hasta el 37%.

Y aun cuando todavía deberían promoverse y mejorarse esos tipos de servicios, vale la pena recordar los daños que causan los roles de género y recalcar la desigualdad que culmina en sacrificios por parte de las madres y no de los padres, para seguir movilizando cambios sociales que permitan acortar las brechas. 

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