Sara y Julia son dos mujeres que han construido un camino de activismo que, al parecer, va en contra de lo que las representa a sí mismas: ser mujeres.
- Por un lado, Sara Larín es fundadora y presidenta de la Fundación Vida SV, en la que supuestamente se cree en defender “la vida desde el instante de la concepción hasta la muerte natural”. Tema que se pone en duda cuando ella misma habla de su organización como una entidad de Lobby.
- Desde otra parte, Julia Regina de Cardenal, presidenta de la Fundación Sí A La Vida, al igual que la anterior, dice estar a favor de la vida pero moviéndose desde un ámbito mucho más político en el que sus amistades parecen ser parte de la élite salvadoreña que pertenece al partido Arena y con el cual pide entregar niños “a su cuidado y atención” sin que nadie sepa qué pasa después con ellos.
Esto quiere decir que aparentemente, las fundaciones de las dos se movilizan con el mismo propósito, llenar sus bolsillos de dinero usando la necesidad de las mujeres más vulnerables que no pueden interrumpir sus embarazos, ya que ellas son quienes impulsan las leyes más restrictivas en El Salvador.
Las 2 fundaciones están legalmente constituidas en El Salvador y se les encuentra extrañamente similares en sus formas de funcionamiento.
Sara y Julia tienen bastantes parecidos en su activismo, pues ambas desde sus fundaciones crecen como “personalidades” del supuesto movimiento provida y dan visibilidad únicamente a la información y los casos que les beneficia promover.
Es tanto así, que han trabajado juntas para intentar demostrar la infundada veracidad de su causa y de los casos en los que han participado; a pesar de que la justicia local e internacional ha hecho llamados urgentes a El Salvador para que permitan garantizar los derechos a la salud y la vida de las mujeres que tienen emergencias obstétricas en el país.
¿Cómo están relacionadas?
En 2021, estas mujeres lideraron una caravana que estaría celebrando el sorpresivo cambio de posición del presidente Nayib Bukele de negarse a una reforma constitucional, la cual cambiaría la constitución en temas como:
- La aprobación del matrimonio igualitario,
- La admisión de la eutanasia,
- O la despenalización del aborto.
Temáticas por las que organizaciones internacionales estarían pagándoles para influir en la política local y evitar así temas como la libertad de culto o el derecho a la vida que tanto abogan, se vean afectados y queden por fuera del debate nacional.
¿Cambios de postura?
Aunque hace 2 años Sara Larín estaba supremamente satisfecha con las declaraciones del presidente Bukele, ahora parece haber cambiado de parecer y juzga su posición diciendo que “es solo para hacer campaña”.
En El Salvador se preguntan entonces ¿qué fue lo que cambió para Sara, si la postura del presidente “sigue defendiendo sus intereses”?, ¿acaso eran otros sus intereses más allá de, supuestamente, “defender la vida”?.
Muchas dudas quedan sembradas alrededor de estas dos mujeres que, aunque dicen estar a favor de la vida, pareciera más bien que su negocio es aprovecharse de las mujeres más vulnerables con mentiras y triquiñuelas. ¿Acaso es eso ser provida?.
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