Ante el Congreso, líderes de la región y el mundo, Javier Milei tomó posesión como nuevo presidente de Argentina. Victoria Villarruel, su vicepresidenta, hizo lo propio.
Milei y el inicio de la incertidumbre
La jornada del domingo 10 de diciembre marcó la llegada oficial de Javier Milei al poder en Argentina. El polémico economista de ultraderecha tomó posesión como nuevo líder del poder ejecutivo argentino, acompañado de su radical fórmula, Victoria Villarruel.
El evento estuvo marcado por la presencia de personalidades nacionales e internacionales que, expectantes, acompañaron el desarrollo de la entrega del bastón de mando a cargo del saliente mandatario, Alberto Fernández; un momento que, bajo todos los protocolos, se cumplió de la forma más amable. Dentro de los asistentes se contaron, entre otros:
- Gabriel Boric, presidente de Chile
- Jair Bolsonaro, ex presidente de Brasil
- Volodímir Zelensky, presidente de Ucrania
- Mauricio Macri, ex presidente de Argentina
- Daniel Noboa, presidente de Ecuador
- Rey Felipe VI de España
Todos ellos, testigos de la apertura del periodo de cuatro años que tendrá este nuevo inquilino de la Casa Rosada, un personaje impredecible del que poco se puede advertir a futuro.
El primer, muy poco alentador, discurso de Milei
El nuevo Presidente de los argentinos tomó la decisión de empezar su mandato agitando las aguas. En consecuencia, se dirigió a la nación, rompiendo de alguna manera el protocolo que indicaba un mensaje al Congreso, de forma cruda y directa por medio de la descripción de un poco favorable escenario económico acompañado de la advertencia de más pobreza e inflación en el futuro inmediato.
Posteriormente, Milei procedió enviar una serie de mensajes de ataque a gobiernos que lo antecedieron, insistió en que el país está quebrado y que no hay plata porque esa fue la herencia que dejaron. Indicó que el país estaba sumido en la violencia y el narcotráfico producto de la debilidad de gobernantes que mancillaron y humillaron durante décadas a las fuerzas militares.
Prometió el inicio de una nueva era
Conforme a la incoherencia que sobre el final acompañó la campaña que lo vio ganador, Milei atacó a todos justo para decir después que no habría ningún tipo de venganza o persecución con nadie. Y es que, pese a pintar el peor de los escenarios en su discurso, el nuevo presidente insistió en que este será el último mal trago para comenzar la reconstrucción de Argentina.
Para darle sustento a ello, anunció medidas radicales y poco flexibles acompañadas de recortes en el estado y ajustes fiscales. Se verá con el paso de los días.
Habrá que esperar cuál será el futuro de Argentina bajo el liderazgo de Milei y Villarruel, una pareja de ultraderechistas que ahora tendrá que pasar del lugar común con sus discursos sobre la libertad y las castas, a intentar cambiar la realidad de un país que, en medio de la división, ve con expectación e incertidumbre lo que viene.