El Fast Fashion se refiere a la producción de ropa de forma masiva y constante con rápida rotación en el mercado.
Las marcas con este tipo de modelos, se centran en lanzar nuevas colecciones con regularidad y siguiendo tendencias actuales. Los precios son bajos debido a su mala calidad, respondiendo al tipo de mercado en el que se mueven, pues las prendas deben ser efímeras para que los usuarios necesiten volver a adquirir productos.
La trampa de la industria ha sido perfectamente promovida. La humanidad entera consume las prendas que las diferentes marcas de Fast Fashion producen.
¿A qué se debe su éxito?
Este tipo de industrias son reconocidas por sus prácticas insostenibles y poco éticas.
- Provocan el 10% de las emisiones de CO2 a nivel global, el mismo porcentaje que produce toda la Unión Europea.
- La ropa se produce normalmente por personas en India, Bangladesh, Camboya, Malasia, Sri Lanka, Indonesia, Malasia o incluso China, en condiciones laborales precarias.
Entonces, ¿qué hace tan popular a este mercado?
La Generación Z, según un estudio del First Insight junto a la Escuela de Negocios Wharton de la Universidad de Pensilvania, afirma que la sostenibilidad es más importante que el nombre de la marca, y sin embargo, son los mayores consumidores de este tipo de moda.
Los encantos de la ropa, pueden seducir muy fácilmente, más si a esta se le incluyen estrategias mediáticas bastante llamativas, y precios absurdamente buenos.
- La facilidad de compra crece cada vez más: las tiendas de ropa han implementado técnicas como el Live Shopping, donde los influenciadores hacen un En Vivo en diferentes redes sociales, ofreciendo las prendas, respondiendo preguntas sobre ellas, y dejando la compra a tan solo 3 clics.
- Las alianzas con influenciadores hacen que quienes siguen a estas personas, se sientan más atraídos a comprar.
- Los precios tan accesibles, se lograron volver prácticamente irresistibles.
Culpables
Aunque toda la problemática tiene diferentes factores, y al final los consumidores son quienes cargan el poder de cambiar las tendencias y el funcionamiento del mercado, me parecería irresponsable no visibilizar a los culpables directos del consumismo enfermizo que se vive actualmente.
Los empresarios y dueños de las empresas Fast Fashion siguen alimentando la industria; no porque sea necesaria o porque ayude a muchas personas, sino más bien, porque beneficia a sus bolsillos.
Los intereses de aquellos en el poder no tienen regulaciones, pero no son sociales. Ellos responden únicamente a que el sistema les favorezca de forma individual.
Te puede interesar: REGINA DE CARDENAL Y SU CAMPAÑA CONTRA LAS MUJERES EN #ELSALVADOR