Consejo de Ministros en Colombia

Un deber democrático o ¿un show mediático en Colombia?

@Arturo Vargas

La reciente transmisión de un Consejo de Ministros del gobierno de Colombia, en cabeza de Gustavo Petro, ha generado miles de críticas por el desordenado desarrollo del mismo. 

¿Una buena idea mal ejecutada?

En aras de fortalecer la transparencia de cara a la ciudadanía, Gustavo Petro, presidente de Colombia, resolvió que debía transmitirse por televisión un Consejo de Ministros. Petro, impulsado por su deseo de acercarse a la ciudadanía y, de paso, hacer lo mismo con las distintas figuras de su gobierno, vio como una gran oportunidad abrir las puertas de una reunión que suele ser privada de cara a que colombianos y colombianas conocieran más proximidad las labores de funcionarios que con su buen o mal trabajo, impactan la realidad de todos. En principio, la intención fue buena pero más temprano que tarde, todo empezó a desdibujarse y lo que debió ser un espacio de discusión política se convirtió en un escenario de quejas y peleas personales.

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Armando Benedetti, la manzana de la discordia

Hace pocos días se oficializó que, Armando Benedetti, un polémico personaje en Colombia, llegaba a las esferas más cercanas del gobierno Petro, bajo la figura de Jefe de Gabinete. El nombramiento de Benedetti no cayó bien y molestó a varias figuras

  • Francia Márquez, vicepresidenta de Colombia
  • Susana Muhammad, ministra
  • O Alexander López, director de Planeación

Fueron, entre otros, quienes demostraron su incomodidad. Su incomodidad, claro, si bien podía tener validez por lo que ha sido la carrera política de Benedetti, salió a la luz de forma inconveniente durante la transmisión del Consejo, convirtiendo desde allí este espacio en una suerte de feria de la queja, el señalamiento y el inconformismo.

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Una falta de respeto para los problemas reales del país

En el momento en el que todo se transformó en una plaza de peleas personales y quejas sobre uno y otro, todo se desdibujó: Colombia estaba asistiendo a un programa que más pareció un reality show que una reunión de las más altas esferas políticas del país. Algunos atacaban con ferocidad a Benedetti; otros, como Laura Sarabia y Gustavo Bolívar, se trataban de mentirosos y Francia Márquez no dejaba de mostrar su enojo por medio de un rostro desencajado.

El protagonista entonces de la transmisión del Consejo de Ministros no fue otro que el show. En medio del desarrollo de todo el Consejo, con certeza, la ciudadanía colombiana debió hacerse varias preguntas: ¿es más importante la incomodidad por el nombramiento de Armando Benedetti que la delicada situación en el Catatumbo? ¿el malestar con Laura Sarabia merece más atención que la complicada realidad social en varias zonas de Colombia? ¿es un Consejo de Ministros el lugar para entregarse al ego y discutir temas personales?

La prueba propuesta por Petro, quien afirmó que se transmitirán los Consejos de ahora en adelante, no salió bien. El gobierno quedó afectado por las disputas internas (hubo cambio de gabinete y avalancha de renuncias), quedando en evidencia el fraccionamiento que existe puertas adentro y se ha vuelto a poner en duda cuáles son sus prioridades. Por lo pronto, un sector del país disfruta y se ríe de lo sucedido con memes, mientras que, por otro lado, la Colombia profunda, la que requiere de acciones urgentes, seguirá a la espera de que el show termine y que los políticos se dignen a ocuparse de sus necesidades.    

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