El 8 de mayo del 2021, Roxana salió de su trabajo rumbo a su casa. En el camino se encontró a una conocida con la que se quedaron frente a una tienda para conversar. Sinaí, el hombre que trabajaba en la tienda, se unió a la charla, y al terminar, se ofreció a acompañar a Roxana hasta su casa.
“Cuando llegamos se puso necio, me obligó a dejarlo entrar, me insistió que vivía muy lejos que lo dejara quedarse a dormir en mi cuarto. Insistió tanto que me asusté, me dio miedo, y por tonta, accedí”, relató la víctima en una carta escrita por ella misma, y compartida por el colectivo ‘Nos Queremos Vivas Neza’.
Después de que Roxana ya estaba acostada, Sinaí se subió a su cama, le quitó su prendas y la violó.
“Solo quise defenderme… le di un golpe en la naríz, empezó a sangrar y me dijo ‘ahora sí te vas a morir’. Me dio mucho miedo, entré en pánico, y cuando se distrajo tomé una playera (camiseta), y se la puse en el cuello, lo asfixié”.
Procedimientos fallidos
Roxana asustada, tomó el cuerpo del violador y lo metió en un costal, con el que la encontró la policía estatal.
“Les dije ‘yo lo maté, pero no quería hacerlo, él me violó’… Solo pensaron en llevarme detenida porque había un cuerpo y la asesina estaba enfrente”.
Aunque ella dio a conocer su violación en el momento del detenimiento, las autoridades no hicieron nada para atender su situación; se le negó su valoración médica, psicológica, y ni siquiera pudo hacer la respectiva llamada. La familia pasó semanas buscándola sin saber que estaba arrestada.
Después de los hechos, la joven estuvo presa durante 9 meses y logró salir únicamente bajo la condición de presentarse a firmar un penal periódicamente.
La sentencia
A pesar de todas las injusticias por las que Roxana ya había tenido que pasar hasta el momento, el pasado lunes 15 de mayo, se dio a conocer una sentencia que sería el detonante mediático para este caso.
La jueza Mónica Palomino dictó que:
- Roxana Ruiz es culpable de homicidio simple por “exceso de defensa”.
- La detenida debe compensar a la familia del fallecido con 280.000 pesos (16.000 dólares).
Y cerró mencionando que “un golpe en la cabeza” era suficiente defensa.
Un contexto poco favorable
Roxana con tan solo 23 años, es madre de un niño de 5 años. Trabajaba en un puesto de papas fritas y en su tiempo libre también vendía gelatinas.
La madre de la joven declaró que “ella tenía en sus planes tener su propio negocio de venta de papas fritas y seguir estudiando”, pero su situación es absurdamente vulnerable.
- No contaba con trabajo formal,
- No tenía acceso a educación,
- Carecía de una vivienda estable,
- No podía adquirir un seguro social,
- Debía responder por alguien más.
Pero además de todo lo anterior, Roxana no está sostenida por la justicia. El área del Estado que está supuestamente encargado de dar a cada quien lo que debería tener, no ha escuchado la situación por la que la joven pasó, nunca se detuvo a entender lo ocurrido, y la única respuesta fue dejar más indefensa a una mujer que necesita ayuda.
Así como Roxana, varias mujeres han tenido que pasar por este tipo de injusticias. La revictimización no debe pasar desapercibida. El Estado tiene que dar la relevancia necesaria a todos estos casos.
Te puede interesar: ¿CÓMO ONU MUJERES PROTEGERÁ A DEFENSORAS DE DD. HH EN HONDURAS?
