El pasado 5 de octubre falleció Sammy Basso, un joven científico italiano que dedicó su vida a visibilizar la progeria, una rara enfermedad genética que provoca envejecimiento prematuro.
La corta vida de un joven y valioso científico
A los 28 años, el italiano Sammy Basso era la persona más longeva en el mundo con progeria, superando con creces la esperanza de vida promedio de quienes lo padecen, que es de aproximadamente 15 años. Basso fue diagnosticado con el síndrome de progeria de Hutchinson-Gilford a los dos años de edad. Desde entonces, no sólo enfrentó los retos de su enfermedad, sino que también se dedicó a la investigación científica para buscar terapias que pudieran ralentizar su desarrollo. En 2018, se graduó en Ciencias Naturales en la Universidad de Padua, Italia, donde centró su tesis en posibles tratamientos para la progeria.
La huella que deja Basso en la lucha contra la progeria
Además de su carrera científica, Basso fundó en 2005 la Asociación Italiana Progeria, junto a sus padres, con el objetivo de concienciar sobre esta enfermedad que afecta a 1 de cada 20 millones de personas. La asociación también recauda fondos
- Para apoyar estudios científicos que busquen una cura a la progeria
- Búsqueda de tratamientos más efectivos para la enfermedad
El fallecimiento de Sammy Basso, ocurrido repentinamente en un restaurante en Treviso, Italia, conmocionó a quienes lo seguían y admiraban su trabajo. Su legado trasciende su lucha personal contra la enfermedad, pues dejó un importante mensaje sobre la importancia de vivir la vida plenamente, independientemente de las dificultades. La historia de Basso es un recordatorio del poder de la ciencia, la resiliencia y el espíritu humano en su máxima expresión.
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