El transfeminismo, como práctica que reconoce la importancia de las vidas de las mujeres transgénero y travestis en la lucha de género, se ha vuelto esencial para acaparar los retos a los que se enfrentan las mujeres día tras día.
La inclusión de las mujeres trans en la desintegración de los roles de género y todas sus ramas, ha implicado un crecimiento social en el que, se acepta la diversidad y se nota el compromiso con el movimiento, tanto desde un área práctica individual, como desde una movilización colectiva.
El término adoptado por los colectivos
Sin embargo, el término tan definido, podría significar marginación para las personas trans, quienes son las únicas incluidas en el movimiento.
Gracias a él, diversas mujeres se han manifestado para admitir que no es una palabra que las defina, y según una recopilación hecha por Senntiido, mencionaban.
- Mati González Gil: “Ese término no me permite movilizar nada políticamente, ¿para que me voy a nombrar de una forma que no conviene?”,
- Mauro Cabral: “no permite una conversación políticamente productiva”.
Significando que aún no se da la suficiente relevancia a las voces de la colectividad.
El transfeminismo sobre el trabajo sexual
El trabajo es un tema a discutir sin falta en cualquier clase de feminismo, ya sea debido a las brechas que existen de acuerdo a los hombres, o directamente a la falta absoluta de oportunidades como lo viven las mujeres trans.
Aunque muchas veces se intenta dejar por fuera la discusión del trabajo sexual, para las mujeres transgénero es una realidad inevitable. Por lo menos el 90% de ellas se dedican a esto y definitivamente, se ha requerido de un análisis profundo para entender el contexto en el que deben llegar a aquellos trabajos.
“Hay gente que se dedica al trabajo sexual porque le va mejor… no hay reflexión sobre los espacios laborales que hay fuera del trabajo sexual. Ahí hay una precariedad que se observa en otros espacios” declara Siobhan Guerrero, defensora de los derechos de identidad de género.
Diferentes colectivos transfeministas, se han definido como abolicionistas a pesar del entendimiento de sus labores. “Si bien creo que hay que aggiornar (actualizar) el abolicionismo, soy absolutamente abolicionista. La recuperación del cuerpo es uno de los actos más fuertes de libertad. Eso me hizo acercarme, declararme y ser”, menciona Lohana Berkins, activista trans de Argentina.
Incluso este tipo de movimientos, pretenden entender que más allá de las labores e ideologías, existe todo un sistema que crea el funcionamiento del mundo.
El deber es llegar como sociedad, a cumplir a todo tipo de personas. La importancia de la inclusión está en el respeto de los derechos.
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