Hace algunos días, la jueza Maya Guerra Gamble concedió permiso de practicar un aborto a una mujer en Texas, uno de los 13 estados que prohíbe, casi en todas las etapas de gestación, el aborto en EEUU. La decisión final continúa en vilo.
Un aborto necesario
Se trata del caso de Kate Cox, una mujer de 31 años, oriunda de Dallas, quien se encuentra en estado de embarazo con 20 semanas, pero con un diagnóstico definitivo: según los médicos que acompañan el proceso de esta mujer, el bebé nacerá y morirá poco después de hacerlo, si es que no fallece justo en el proceso de nacimiento.
Una situación bastante preocupante para Cox, toda vez que la circunstancia médica que se encuentra atravesando, podría traer consigo problemas a futuro. El personal médico le señaló a Cox que el bebé que tiene en su vientre tiene alto riesgo de tener trisomía 18, razón por la que:
- Una pérdida del embarazo
- Muerte al nacer
- Poco tiempo de vida
Son escenarios más que probables y que, además, “si el bebé muere en el vientre, la labor de parto podría causarle ruptura uterina debido a las cesáreas previas, y que otra cesárea podría poner en peligro su capacidad para tener otro hijo”. Lo anterior, en la medida en la que la mujer ya es madre de dos hijos, ambos recibidos vía cesárea. Es evidente que Cox necesita un aborto.
La jueza Maya Guerra Gamble y una decisión polémica en el estado
La ley del estado de Texas es bastante rigurosa en contra del aborto. Por esta razón, en compañía de sus abogados, Cox y su esposo presentaron una demanda ante la necesidad de un aborto urgente. Dicha presentación ante la ley, se da producto de la renuencia de los médicos en Texas a practicar abortos, temerosos de ser enjuiciados a razón de las muchas restricciones vigentes en este lugar de Norteamérica.
Es aquí cuando entra en el escenario Maya Guerra Gamble, una jueza de filiación demócrata, quien concedió una orden de restricción temporal a Cox que le permitiría practicarse el aborto. En una audiencia vía Zoom que tuvo lugar la semana pasada, Guerra Gamble indicó que impedirle el aborto a Cox podría hacer perder su posibilidad de tener otros hijos a futuro, lo que configuraría un impactante y auténtico error judicial.
La obsoleta posición de las autoridades en Texas
La decisión de Guerra Gamble no es la última palabra, lastimosamente. Ahora, tanto Cox como su familia se encuentran a la espera de las maniobras que las autoridades en Texas puedan aplicar en función de impedir su aborto y, claro, para esos efectos aparecieron con rapidez personajes como Ken Paxton, fiscal general de Texas, quien solicitó la intervención de la Corte Suprema del Estado para impedir que se lleve a cabo el procedimiento médico.
Paxton, sumado a ello, ya envió cartas a distintos hospitales con severas advertencias al personal médico para que eviten implicarse en un proceso de aborto, so pena de ser procesados. De igual manera, recibió el apoyo de la Corte Suprema por medio de la congelación de la decisión que había tomado Guerra Gamble, haciendo efectiva su superioridad como máxima instancia judicial del estado.
Mientras todo esto se resuelve, la única víctima es Kate Cox, una mujer que con el paso de las horas ve como su salud reproductiva se ve en riesgo inminente a causa de una obsoleta normativa.